Tenemos que tener en cuenta que si hay algo que les encanta a los chilenos, es el azúcar. Por ello, cuentan con muchos postres, como el empolvado, un manjar que representa al dulce en su forma más pura.
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El poder de la creatividad culinaria ataca de nuevo: Empolvados
El poder de la creatividad culinaria ataca de nuevo: Empolvados

¿Cuál es el origen de este manjar?

Para lograr conocer la historia de los empolvados debemos viajar a la década de los 30´s, debiendo situarnos en la ciudad conocida como “La Ligua”.
Donde cuenta la leyenda que habitó un pastelero considerado «el rey y maestro de la repostería». 
Entonces, se dice que dicho pastelero trabajaba para las hermanas Brito, dueñas del «mundo de los dulces», esto porque contaban con muchas reseñas positivas que alegaban que sus dulces contaban con un gran sabor. 
Pero volviendo al tema del creador, se dice que el nombre del famoso pastelero era Juan de Arancibia, quien un día decide inventar un plato que no se pareciera a nada antes visto, dado que las ventas estaban bajando un poco.
Así que se puso manos a la obra, y ¡zas! Consiguió el primer ejemplar de lo que hoy conocemos como «empolvado».
Aunque probablemente jamás imaginó que su dulce consiguiera una recepción tan positiva, con una popularidad casi estrepitosa.  
Llegando al punto de tener que mandar paquetes llenos de los empolvados, a otros sitios de Chile, que incluían los más conocidos en Santiago y Valparaíso.
Y como con muchos casos igual de afamados, solo bastó unos pocos años para que la receta se expandiéndose en todo el país. Convirtiéndose en uno de los dulces representativos de Chile. 

¿Por qué tanta popularidad?

Es muy simple de preparar, al grado de ser un as bajo la manga de todos los chilenos cuando reciben visitas inesperadas, o realizan reuniones a las que saben asistirán muchas personas. 
Además, deja espacio para la imaginación, pudiendo decorarlos con cualquier color o añadirle un poco de coco rallado encima de la azúcar, pues se compaginan bien con los ingredientes tradicionales: azúcar flor, harina, polvo de hornear, huevos y manjar.