¿Cuál es la historia de este plato?
Los orígenes de este plato pueden ser considerados como parte de una leyenda. Dado que datan de tiempos muy remotos. Siendo necesario trasladarnos hasta la tribu de los Muiscas, una comunidad indígena, para encontrarlos.
Se dice que estos fueron los creadores del primer ajiaco, o al menos de una versión experimental o primitiva del que hoy llamamos Ajiaco Chileno.
Luego de allí, debemos hacer una parada en la época colonial, cuando se elaboraban diversas combinaciones entre los alimentos y verduras locales, ― diversos tipos de maíz, cebolla y papas―.
Los cuales son base de la receta, y al mezclarse, formaron un guiso o caldo espeso.
Posteriormente, durante XIX se dice que a los colonizadores españoles les agradó este plato, pero decidieron incluirle el pollo; lo cual le dio una nueva cara el ajiaco. Más tarde también añadieron carne de oveja y de res.
Siendo así, como tras diversas fases, se llegó al plato que hoy, múltiples chilenos llevan a su mesa. Pasando de un simple junte de condimentos, a un plato exitoso y adorado hasta el día de hoy.
Características y curiosidades
Este plato es un emblema y alimento que no puede faltar en el almuerzo típico chileno o en una reunión familiar.
Pero sus usos van más allá que eso, porque también se valora la mañana siguiente tras una noche de copas. Facilitándole a la persona que se levante y retome fuerzas.
Se acompaña de cebolla, carne y papas, pudiendo tomarlo con un café caliente; y según el gusto, algunas veces se le añade alcaparras al plato.
