Descripción
Constituido por dos galletas ―o bizcochos― rellenos de miel, dulce de leche o manjar, y bañados con glaseado, azúcar glas, chocolate derretido o mermelada; se trata de un postre comúnmente degustado por los chilenos.
País en donde se cuenta con dos versiones: La primera de ellas se conoce como «chilenitos» y como «dulces de maicena», porque es elaborada con maicena y normalmente son más pequeños que los alfajores tradicionales.
Mientras que la segunda versión recibe el título de «alfajor chileno», y se forma usando dos galletas delgadas pero duras, que se rellenan con crema pastelera, chancaca o manjar, para unirlas y seguidamente se decoran con coco rallado o nueces molidas, por nombrar algunas.
Orígenes
El alfajor chileno proviene directamente del alfajor de Andaluz, que a su vez se relaciona con la cocina árabe; ―de hecho, su nombre viene de la palabra «Al-hasú», que se traduciría al castellano como «el relleno».
Este llegó al continente americano durante la época colonial. Pues según algunos historiadores, era uno de los alimentos que se le brindaban a las tropas españolas.
Sin embargo, los primeros registros del mismo datan del siglo XVII, donde se menciona en algunas obras literarias, como «Guzmán de Alfarache», de Mateo Alemán.
El alfajor en otros países
Al ser tan versátil, relativamente sencillo de preparar y delicioso según la opinión popular, los alfajores son elaborados y degustados en casi toda Latinoamérica, pudiendo mencionar a Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, como fieles consumidores.
Y en cada uno de ellos, se rellena de maneras variadas, ya sea con chocolates, merengues y dulce de leche, ―como en Chile, donde se prepara especialmente durante las fiestas patrias―, e incluso con frutas.